RSS

viernes, 17 de septiembre de 2010

De minas, mineros e infamias

Leí en las noticias de hoy, que en la mañana la perforadora encargada de desarrollar el llamado Plan B, logró llegar a los 33 mineros chilenos atrapados desde principios de agosto. No es mi interés repetir la nota, la pueden consultar aquí: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2010/09/17/perforadora-hace-contacto-con-mineros-atrapados-en-chile

La verdad es que cuando supe, vagamente por cierto, sobre lo sucedido en Chile inmediatamente lo relacioné con la tragedia de Pasta de Conchos y dadas las condiciones de la mina en la que están atrapado los chilenos pensé que terminaría esto de manera igual de trágica. Me alegra, hasta ahora, estar equivocado.

Los de esta América

La mañana del 19 de febrero de 2006 una explosión debida al exceso de metano en la mina, concentración que rebasaba con plenitud los estándares mínimos de seguridad, dejó atrapados a una profundidad aun hoy desconocida y debatida a 65 mineros que laboraban el la mina de carbón “Pasta de Conchos”. Laboraban, como sucede en este país y en muchos otros, en condiciones precarias, no resulta excesivo decir infrahumanas, pues carecen no sólo del equipo de seguridad adecuado, sino que las condiciones mismas de las minas son tales que aquellos que profesan el oficio de minero son de entre todos los miembros de la clase trabajadora, llamada despectivamente proletariado, los que mueren antes, los que terminan con los pulmones destrozados, los que son más explotados y los que perciben el peor salario… contrariamente a toda justicia, divina, humana y poética son los que mayor riqueza producen, riqueza a la que les es vedado el acceso.

Los hechos subsecuentes son de dominio publico, las autoridades, la empresa (grupo México), la opinión publica tiraron la toalla demasiado pronto, a las 48 horas comenzaron a darlos por muertos, disparatadas contradicciones, dolosas omisiones, fueron los elementos que construyeron la escenografía en medio de la cual se representó esta tragedia. Se rumoró la posibilidad de un rescate de dimensiones continentales, que tardó más en organizarse que en ser disuadido por Grupo México. El desenlace es fácil de prever.

Los de la otra

La historia de los 33 mineros chilenos atrapados desde agosto de 2010 ha sido heroica, una historia solidaria, sin tintes trágicos todavía. El rescate continental digno de cualquier producción hollywoodense no fue una promesa rota allá sino una realidad tangible que genera noticias alentadoras día con día. El apoyo no ha hecho falta y la solidaridad ha rebasado las fronteras, si bien sus muestras son moderadas como sucede siempre, pero no por ello menos importantes.

Paralelismos y contrastes

Hasta donde sé tanto Grupo México (de German Larrea, uno de los empresarios más importantes del país y más ricos también) que es la minera más grande aun en manos “nacionales” como los de Minera San Esteban. Mientras, de este lado, los medios, las autoridades y el pueblo carente de voluntad propia se plegaron a la tiránica decisión del magnate que condenaba a muerte a aquellos hombres heroicos, ordinarios, esplendidos e insignificantes que tenían el mismo derecho al aire a la vida, al amor de sus mujeres, de sus hijos que aquel. Los medios fueron convenciendo que nada tenia sentido, que seguramente ya no tenían aire o que nunca lo tuvieron, que más valía ocuparse de otros asuntos condenándoles al ostracismo de la memoria en el inconsciente colectivo.

Las familias protestaron, denunciaron, hicieron cuanto estaba en sus manos, que no era mucho, y al final hubieron de resignarse a la muerte de sus seres queridos, cuyo sepulcro fue la mina donde laboraron toda la vida.

Del otro lado del mundo, las autoridades no hicieron oídos sordos ante la tragedia, la gente, los medios también han apoyado, la vida humana parece valorarse mejor en aquellas tierras y los mineros siguen con vida y con esperanzas de salir.

Epílogo

De vuelta a este asolado país, los precarios esfuerzos llevados a cabo para rescatar a los mineros dieron magros resultados cuando el 23 de junio de aquel lejano 2006 sacaron el primer cuerpo y medio año más tarde a poco menos de 1 año de la tragedia sacaron el segundo.

Sin embargo la mina permanece cerrada, los culpables libres, los medios y la gente ha olvidado el suceso y quedan 63 mineros aun debajo sin que nadie tenga la voluntad de que algún día sean rescatados y se sepa que sucedió en realidad. Hace un par de años tuve que ver en la organización de un foro en la UNAM acerca del caso, conocí y platiqué con algunas de las viudas y familiares de los mineros, conocí a una asociación ajena al sindicato de mineros veteranos de diversas partes del país que basándose en su experiencia de toda la vida proponían rescatar los cuerpos de sus colegas ahí fallecidos.

Conocí de los infiernos en los que se extenúan estos hombres, de las precarias condiciones en que laboran, de las ilegales e inseguras condiciones en que tienen que adentrarse a las minas, tan malas como si viviéramos en 1880, simple y llanamente porque los dueños de las minas en vez de invertir en la gente que los enriquece y en procurarles condiciones dignas para laborar, prefieren ahorrarse ese gasto y depositar esos dineros a trabajar en sus ociosas cuentas en Suiza o las Islas Caimán.

Me da tristeza ver como terminaron las cosas así, de dos hechos lamentables y coincidentes en muchas circunstancias el primero terminó de manera infame, el segundo, esperemos, termine de manera justa, con final feliz y cursi al más puro estilo de Hollywood.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Expresa tu opinión acerca de la entrada leída, esto servirá para mejorar el contenido de este blog.